jueves, 5 de febrero de 2015

IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL NARANCO.

ARQUITECTURA PRERROMÁNICA ASTURIANA. OVIEDO 848.



Tras la invasión musulmana comenzada en el 711, la situación política en la Península Ibérica quedará marcada por el devenir de tres territorios, por una lado el principal, que será Al-Andalus, la Marca Hispánica y la actual Asturias, que se consolidará como reino entre los siglos VIII y X, y en cierto modo sucesor del antiguo reino visigodo.
Su particular situación geográfica, junto con las influencias provenientes de la Europa cristiana de la época y los elementos que perviven de la tradición visigoda, darán como resultado un nuevo arte con características particulares.

Las distintas conquistas territoriales permitieron ubicar la capital del reino en Oviedo, y durante el reinado de Ramiro I se promoverá una ingente actividad constructiva, en el contexto del monte del Naranco, a las inmediaciones de la ciudad, se construirá un complejo palatino, del que se conservan dos edificios, la iglesia de San Miguel de Lillo, y la Iglesia de Santa María del Naranco, del primero sólo se conservará la parte occidental del mismo.

El origen de Santa María del Naranco será como pabellón de uso civil, de ello dan muestra su configuración arquitectónica y su decoración escultórica a base de temas profanos, pero pronto será reconvertida en iglesia.

Su planta rectangular se asienta sobre un zócalo de piedra que sirve de base para un edificio de dos alturas, ambas cubiertas por bóveda de cañón reforzada por arcos fajones que descansan en ménsulas, siendo más esbelta la del piso superior. El piso inferior de escasa altura, sería la zona de servicio.

Al piso superior, o salón regio, se accede por una escalera doble, exterior, en ambos extremos se abre al exterior mediante una triple arquería de arcos de medio punto sustentados por columnas.

La decoración del edificio se caracteriza por una serie de molduras o líneas de imposta junto con relieves rectangulares y medallones, se trata de un relieve muy plano y con mucho esquematismo, lo más destacado serán los relieves sogueados de capiteles y fustes que decoran las columnas del edificio, sobre las que descansan unos arcos ciegos que articulan los muros.



Un elemento característico de esta arquitectura serán las cámaras abiertas, únicamente al exterior, conocidas como “tesoro” de los edificios eclesiásticos.

Para su construcción se empleó sillarejo y hormigón, y en los ángulos del edificio se dispusieron sillares de mayores dimensiones que junto a una serie de contrafuertes exteriores, sirvieron para reforzar el conjunto.




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