Nicola Pisano firmó el contrato para la ejecución de esta obra en 1259, se trata de un púlpito sostenido por 6 columnas, con capiteles vegetales, descansando tres de ellas sobre figuras de leones, y una columna central que lo hace sobre figuras humanas y de animales, sostienen arcos de medio punto que albergan otros trilobulados., la gran novedad que presenta es que aparece exento en el espacio arquitectónico.
Forma hexagonal, con 5 relieves en el que representan las escenas de la Anunciación, la Natividad, Epifanía, Presentación en el templo, Crucifixión y el Juicio Final, el sexto aparece abierto para permitir acceso, los paneles están separados por columnillas. En las esquinas estatuillas de las virtudes y de San Juan Bautista, en las enjutas se representan a los profetas y evangelistas
El lenguaje formal empleado es un recuerdo inevitable a los sarcófagos de la antigüedad tardía mientras que el tratamiento de ropajes, plieges, influencia clara del gótico francés, mientras que el dramatismo de las expresiones de los personajes viene marcado por el gótico de Bamberg.
El púlpito fue concebido de modo que sirviera para apoyar plásticamente la predicación de la palabra de Dios, por lo que se trata del primer ejemplo de una nueva forma de “soporte de imágenes”, que había cobrado importancia a raíz de la predicación de los franciscanos, muy dados a la ilustración con imágenes, o bien tablas o pancartas, durante los oficios.
El arte gótico en la península itálica mantiene una serie de influencias y pervivencias que determinaron el proceso de absorción de las formas góticas provenientes de l'Île de France, marcadas por una inicial persistencia de los modelos románicos a los que habría que sumarse influencias derivadas del contacto con Oriente y con Bizancio, por otra parte se debe añadir el temprano interés por la recuperación de las raíces de la antigüedad clásica fruto de la voluntad política del emperador Federico II.
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